viernes, 23 de enero de 2009

Comunicado sobre la crisis

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

(PCOE)

COMITÉ CENTRAL

 DECLARACION EN TORNO A LA CRISIS

 

            Poco a poco se va conociendo la dirección que está tomando la actual sociedad capitalista, por medio de las consecuencias que produce sobre las clases trabajadoras, a través de sus llamadas medidas sanadoras y preventivas contra la crisis: congelación de salarios, despidos masivos, represión laboral. Alrededor de un millón de familias tienen en estos momentos a todos sus miembros en el desempleo, los impagos domésticos se acrecientan a una velocidad alarmante, como también los embargos, etc.

 

            Aunque la situación no ofrezca resquicios para la especulación, tanto expertos económicos como también sectores allegados a la clase obrera en los ámbitos de la política y sindical, ocultan la verdad sobre la naturaleza de la crisis o no han comprendido absolutamente nada de qué es lo que se está dirimiendo.

 

            La crisis capitalista es una guerra abierta y definitiva entre las clases sociales con intereses opuestos. Todo el ejército burgués disponible se ha situado convenientemente en el campo de batalla para infringir una derrota rotunda que devengue secuelas indelebles en las clases trabajadoras. Patronal, gobierno, quintacolumnistas políticos y sindicales toman conciencia de la grave situación por la que pasa el sistema capitalista que ellos defienden, desacreditado, sin argumentos éticos en los que amparar su existencia y sabiendo que en las crisis y más en ésta por su gravedad, las clases trabajadoras obtienen todas las razones morales necesarias para legalizar una revolución o cambio de sistema.  Por todo ello, se lanzan a una guerra de rapiña y de destrucción masiva sin misericordia y duradera, con objetivos muy claros, diezmar al enemigo y librarse de las trabas legales que aún quedan en su imperio, como determinados derechos formales de los trabajadores, el coste del despido, etc. para que una vez resuelta la crisis, éstos no tengan ningún amparo legal. La burguesía ha declarado la guerra total.  

 

            En el lado adverso sucede todo lo contrario, la indolencia, la incomprensión, la división, la obsesiva pretensión de ganar en una absurda competitividad en el seno de la izquierda, cuando no se está pensando en dar señales de vida de cara a las próximas elecciones, presagian malos augurios. Datos todos que definen a un ejército artesano, dividido y con sicología de perdedor como emana de sus consignas reformistas: ¡Su crisis que la paguen ellos! ¡La crisis que no la paguen los trabajadores! ¡Frente a la crisis, Movilízate en defensa del empleo! ¡La crisis capitalista que la paguen los ricos! Todas ellas asumible para la derecha.

 

            Para el PCOE, no es la crisis lo que hay que combatir, sino al sistema que la produce. En la guerra, la defensiva es una derrota segura. En la guerra, los objetivos son extremos, como los de la burguesía. En la guerra todo rebaje de principios y de objetivos es una alta traición contra los trabajadores a los que se les obligan a  caminar ciegos hacia el holocausto.

 

            En la crisis no cabe fomentar vanas ilusiones porque la actitud del gobierno capitalista (en este caso PSOE) es la de defender el sistema auxiliando a las empresas con grandes cantidades de dinero, que tienen como destino la adquisición de nuevas tecnologías en aras de facilitar su competitividad, pero que tiene como resultado el despido de más trabajadores de acuerdo con la ley de la composición orgánica del capital. Los sindicatos y la patronal se prestan a llegar a acuerdos con el falso pretexto de paliar los efectos de la crisis. Cada vez que estas reuniones tienen lugar, acaban con la minoración de los derechos de los trabadores,  adquiridos tras muchos años de lucha contra el fascismo.

 

            La respuesta no puede ser otra que desbrozar el camino hacia la unidad de la clase obrera, que se ha de convertir en rectora de las movilizaciones que hay que emprender contra la causa de la crisis, el sistema capitalista.

 

            Una vez más el PCOE hace hincapié en las ASAMBLEAS DE COMITÉS Y DELEGADOS DE EMPRESAS como objetivo inmediato y urgente a conseguir y lo hacemos en base a los siguientes argumentos:

 

·         Los comités y delegados son los órganos de unidad y de poder más cercanos de los trabajadores y los únicos elegidos directamente por estos.

·         Los comités son los únicos organismos que pueden neutralizar las traiciones que cometen las cúpulas de las grandes centrales y también  disputarles la prerrogativa de discutir los convenios colectivos en todos los ámbitos.

·         Los Comités y delegados de empresas dotados de un programa de clase y anticapitalista pueden constituirse en órganos de poder, por lo que rebasan el ámbito estrictamente sindical.

·         Los Comités son también los únicos órganos de la clase obrera que pueden instituir la verdadera democracia en el seno de los centros de trabajo y de dotar a las asambleas del poder de elección y revocatoria de cargos sindicales, que es lo que la hace democrática.

 

Por estas razones apoyamos la convocatoria de una manifestación en Sevilla para el 28 de Febrero salida de la última Asamblea de Comités y Delegados de Sevilla.

 

El PARTIDO COMUNISTA 0BRERO ESPAÑOL, hace un llamamiento a todos los trabajadores, comités y delegados de empresas, así como a todas las organizaciones obreras para que construyan en sus localidades ASAMBLEAS DE COMITÉS Y DELEGADOS DE EMPRESAS con el firme propósito de hacer frente a los enemigos de los trabajadores. De lo contrario la victoria burguesa será realmente devastadora.

 

De no ser así en esta batalla final perderemos todos. Se prevé que al finalizar la crisis habrá cuatro millones de trabajadores en el paro, 200.000 viviendas embargadas. Entre 70 mil y 100 mil cargos sindicales desaparecerán, centenas de candidaturas independientes serán barridas, pequeños sindicatos caerán por falta de afiliación. Serán las grandes centrales CC. OO y UGT, las que mas pierdan en cantidad de afiliados, pero saldrán ganando y fortalecidas en influencia, debido a que las leyes sindicales vigentes les permiten discutir los convenios colectivos provinciales, comarcales, regionales, nacionales y estatales. De esta forma la victoria de la burguesía es absoluta.

           

            Aunque lo peor de todo es que  la psicología de derrota que hará presa en la clase obrera, coadyuvará a intensificación de la represión postguerra, que sin duda llevará a cabo la burguesía y el gobierno capitalista. Una vez abatido el movimiento obrero, los capitalistas pondrán todos sus instrumentos represivos en acción para que los trabajadores tarden el máximo de tiempo en recuperarse.

 

            Por otro lado el gran volumen de desempleo, será utilizado, como siempre para persuadir a los trabajadores empleados de que deben contentarse con un salario de miseria.

 

¡CONTRA  EL SISTEMA CAPITALISTA, UNIDAD DE LA CLASE OBRERA!

 

¡POR LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL  Y EL SOCIALISMO!

 

 

23 DE Enero de 2009.

jueves, 1 de enero de 2009

El Partido y la táctica de masas durante la crisis


COMO CONCLUSION  A LA ÚLTIMA REUNION DEL DIA 13 DE DICIEMBRE

 

Los Momentos actuales se nos ofrecen a la vista con toda su complejidad. Se necesita capacidad de reflexión y agudeza de análisis para interpretar la realidad y después elaborar la táctica adecuada.

 

La crisis que azota al mundo capitalista es profunda y sin duda dejará secuelas graves para la clase obrera, o interpretamos fielmente los fenómenos sociales que se están sucediendo o estaremos condenados a permanecer en período de letargo para la eternidad. De ningún modo se trata de dar un salto en el vacío, lo que hay que hacer es definir nuestras actividades y sus objetivos.

 

¿Puede encarar la clase obrera el presente ciclo estrictamente desde un punto de vista sindical? Es evidente que no, porque nos enfrentamos al sistema con todo lo que conlleva, la patronal es tan solo un componente de nuestro enemigo. Así pues dilucidamos la disyuntiva de equivocarnos y contribuir a la perpetuación del sistema o de dar en el clavo  y preparar su caída.

 

El sindicato tiene la misión de disputar al patrón la plusvalía, pero en épocas de crisis muchas empresas mueren, otras obtienen pérdidas; aunque, existan sectores económicos que salen fortalecidos. La realidad se impone, exceso de productos, reducción de la masa humana con capacidad de adquisición para comprar los productos, estos han de bajar sus precios forzosamente para resolver la relación oferta-demanda, incluso por debajo del coste, aquí es cuando realmente comienza la crisis, porque las empresas no pueden soportar su mantenimiento a costa de perder dinero constantemente, los trabajadores en volúmenes espectaculares son arrojados al paro,  otros ven reducidos drásticamente sus salarios, hay menos compradores, la crisis se ahonda. Etc. Etc.

 

Ante toda esta avalancha de acontecimientos los gobiernos se ven impelidos a subvencionar a las empresas para  frenar la crisis, al menos para que se mantengan y superen como sea este periodo nefasto. Pero al final, todo el dinero que reciben las empresas coadyuva a la preparación de una nueva crisis, según la ley de la composición orgánica del capital, pues con él la patronal se dotará de mejores máquinas con las que hacer frente a la competencia. Ahora se trataría de aumentar la productividad, mas cantidad de productos en menos tiempo y con menos costes y mas perfectos  al objeto de ofertar a menos precios que sus contrincantes, hasta que de nuevo entre unos y otros saturen el mercado, a la par que la incorporación de nuevas tecnologías provoca la disminución de la fuerza de trabajo, o sea se incrementa el desempleo y así sucesivamente. Más todo acaece independientemente de la voluntad del patrón, del gobierno y demás instituciones políticas y económicas capitalistas, que no pueden salirse de la inercia que imprime el sistema. Es el sistema capitalista el que obliga ciclo tras ciclo a los mismos comportamientos por consiguiente para acabar con tantas desventuras sufridas por los trabajadores hay que atacar a ese maldito sistema, no cabe otra.

 

Es evidente que los sindicatos no pueden frenar la crisis por medio de convenios colectivos, que por otro lado serán menores y precarios dada la situación y el ambiente creado. Tampoco pueden frenar el cierre de una empresa que esté en crisis de verdad con las huelgas. Todas las actividades que se llevan a cabo se reduce a la autodefensa in extremis sin posibilidad alguna de éxito. Todas las actitudes defensivas no superan el carácter espontáneo de la lucha, pues no es una táctica para vencer,  organizada y científica. Los trabajadores no saben contra quién y cómo luchar, están abocados a la derrota.

 

En la época de crisis las luchas ideológica y política desbordan a la económica en la lucha de clases, por lo que debe ser obra de los partidos revolucionarios. Y aquí es donde puede surgir la confusión, porque han de ser los mismos sujetos que utilizan el sindicato los que han de llevar a cabo la misión de organizarse en la lucha y en estructura. Pero indudablemente es el partido el que ha de dirigir, pues repetimos la lucha es ideológica y política (también económica, naturalmente) 

 

El partido por sí solo no es nada, tiene que estar con los trabajadores si quiere convertirse en su dirección en estos momentos y los trabajadores deben aceptar el liderazgo del partido, en caso contrario se están suicidando lentamente.

 

Por todas estas razones, el PCOE trabaja afanosamente por la unidad de la clase obrera desde sus órganos más representativos, es decir, los comités de empresas, pero no para convertir a estos solo en buenos sindicalistas, pues hemos visto que los trabajadores han de superar el ámbito sindical y económico si quieren acabar con el sistema que le esclaviza. El PCOE ha de dirigir a los comités, no a una unidad sin contenido, todo lo contrario, los ha de conducir hasta elevarlos a agentes sepultadores del sistema con un programa anticapitalista (socialista). Esto es tan lícito como obligado para los comunistas que también somos obreros. Por supuesto, que se quejarán los burgueses, los reformistas y traidores que utilizarán la “intromisión” del partido para que los trabajadores más atrasados no abracen la política y la ideología de clase y de esta forma mantener incólumes las estructuras económicas del capitalismo monopolista de estado.

 

Sin embargo, desviarnos de nuestro cometido para que los adversarios del comunismo no se salgan con las suyas, es  simplemente renunciar  a la revolución y colocarse a su lado y significa que se tiene una visión errónea del planteamiento del problema. Los trabajadores no nos van a rechazar y se van a ir al lado de los traidores y burgueses, porque ya lo están. Son los burgueses, reformistas y traidores los que temen que nos demos a conocer para no perder sus privilegios, su poder y su clientela. Tenemos todo que ganar, ellos lo van a perder todo. En eso estriba precisamente la lucha ideológica. Los trabajadores tienen que saber y comprender que la lucha es contra el sistema y que solo los comunistas les podemos orientar y dirigir, lo demás querría decir que el Partido aún no se ha desprendido del economismo que tanto criticó Lenin.

 

Para que los trabajadores nos conozcan, lógicamente nos tenemos que dar a conocer, aprovechando todas las oportunidades que nos ofrecen la técnica moderna y la artesanía tradicional, así como los cauces legales y extraoficiales: Página web, octavillas, comunicados a la prensa de toda índole, pintadas. ¿Acaso nos debemos avergonzar de algo?

 

Nuestra lucha es pues separar al obrero de las influencias de sus enemigos de clase, pero ¿Cómo hacerlo sin decirles que somos los comunistas los que les dirigimos? ¿Cómo van a seguir al partido si permanecemos en el anonimato? En la lucha de clases no caben los prejuicios, estos solo benefician a nuestros adversarios. Que sean ellos los que se encarguen de denunciarnos ante los trabajadores, en su denuncia irá nuestra defensa. Nos harán un tremendo favor. Cada trabajador que vaya comprendiendo la necesidad de que los dirija el partido es una gran batalla librada contra la burguesía y ganada para la revolución.

 

Desde ya el partido debe popularizar a gran escala su apoyo la ASAMBLEA DE COMITES Y DELEGADOS. Así como también la necesidad de que los trabajadores acudan a la manifestación del día 28 de febrero convocada por ACDE. Desde ya debemos reunir en torno nuestra a todos los simpatizantes y amigos para que ayuden al partido en la medida de sus posibilidades

 

TENEMOS MUCHO QUE GANAR Y NADA QUE PERDER.